Por qué a algunas mujeres les encanta, por qué otras lo detestan, cómo proponer la idea y cómo no pasarte de la raya.

A Algunas les Gusta Ardiente

Hablemos de romance. Hablemos de pasión. Hablemos de lujuria e inflexible adoración en la forma de sexo duro o brutal.

Cuando uso los términos romance, pasión y adoración la mayoría de las personas de inmediato piensan en una gran aventura amorosa o incluso en una historia de amor donde dos personas están ardiendo meramente por estarse abrazando. Sus ojos están cerrados y en trance – incluso están respirando el mismo aliento, inhalando y exhalado mutuamente como si unión fuera el comienzo del Nirvana mismo.

Ajenos a todo lo que pasa a su alrededor él al agarra de la cadera como si el amor fuera algo que tu manejas, empujándola cerca y ligeramente levantándola a la vez. Si ella está futílmente empujando el pecho de él con sus pequeñas manos como si prentendise evitar lo inevitable…

Luego al tiempo que ambas bocas están por probar el mismo beso…ella toma entre sus manos el rostro de el con un agarrón brutal, las puntas de sus uñas ligeramente se introducen dentro de la piel y ella muerde el labio inferior de él hasta el punto doloroso que casi se hincha a punto de reventar.

Día de Entrenamiento

A algunos no solo les gusta ardiente, también les gusta que sea doloroso. A muchas mujeres que podrías pensar que son las creaturas más frágiles del mundo o las más vulnerables pueden aguantar más de lo que podrías imaginarte cuando se trata de relaciones sexuales brutales o rudas. Explora ahora las lecciones obvias de la física y la lógica primero:

Si eres un hombre de altura y peso promedios ya cerca de los 30, es probable que peses entre 150 y 200 libras. Ahora tenemos: Peso + Velocidad = Fuerza. Si ella puede tomar 150 libras de cualquier cosa golpeando contra ella hasta el punto del orgasmo entonces es probable que ella puede soportar algunas nalgadas y juego rudo.

Descubrir si le gusta un poco rudo no es tan difícil como parec y ella es posible que ya te haya indicado algunas pistas.

Por ejemplo, si durante el acto sexual ella siempre te dice que bajes la velocidad o que te relajes, entonces es un signo que ella quiere una sesión de amor de historia de cuento de hadas que incluya un poco de acción a fuego lento que sea mucho más satisfactorio para ella que para ti. Las mujeres que detestan el sexo brutal no tienen problema en decirte “hazlo más suave”.

La razon por la que a ellas no les gusta que seas rudo con ellas es que ellas piensan que las pone de menos y promueve el abuso y la falta de respeto. Tal vez fuera de la cama eso sí es así. Por otro lado si ella alguna vez usa las palabras “duro” o “más adentro” o “más rápido” o si ELLA inicia el sexo anal entonces es probable que ella pueda tomar contacto físico más intenso en otras áreas también.

Ahora que ya te diste cuenta de los signos es hora de presentarle algunas ideas a ella y ver a que nivel juega. La mejor manera y en definitiva la primera opción en que debes presentar el juego rudo a tu compañera sin parecer un abusador es repartiendo nalgadas.

Dar nalgadas a tu chica es algo que a ella le podría gustar (y a tí también) y es seguro y regulado. Le pegas en el trasero (con los dedos juntos, la palma arquedada y en forma de copa) y le preguntas, “¿Te gustó eso?”, “¿Quieres más?”, “Más duro, lo quieres más duro?”. Ahora has alcanzado el nivel uno.

Si quieres pasar al siguiente nivel de inmediato entonces cuando ella responda que “sí, me gusta”, coges un poco de su cabellera y lo jalas mientras dices, “Claro que te gusta”.

Verdadero Romance

Así que ahora tu sabes un par de cositas acerca de tu chica y cómo presentarle las ideas a ella. Pregúntale mientras se lo haces is lo está disfrutando o no. Tu sabes que le gustan las nalgueadas y que le jales el cabello – así que tal vez está lista para aguantar más brutalidad. La próxima vez que estén teniendo relaciones sexuales, acuéstate a su lado en la posición de cuchara levantando su pierna un poco para penetrarla.

Cuando comiences la acción dentro de ella, jala su cabello y rodea su cuello con tu mano como si fueras a estrangularla. Cógela con firmeza pero no tan apretado, esto es más mental que físico y muchas mujeres se excitan con la idea que la agarres del cuello – sin que sea necesario que le cortes el aire, basta con con solo colocar tu mano rodeando su cuello – ya que todo este la pone en una posición de “SOMETIMIENTO” que a algunas mujeres pueden encontrarlo altamente excitante.

Que no te soprenda si ella se excita con esto tanto como con la dominación y metiéndole un poco de miedo mientras la enciendes a la vez. Yo llamo a esta posición el “ladrón”. Un chaval entra por ahí, la captura en el acto y le dice que si grita la matarás. Este es un juego de rol y como tal es una actuación ideal para dar rienda a la imaginación con el sexo rudo.

Algunas veces no solo son las nalgadas, el halar el cabello, el pellizcar o morder lo que cuenta; es decir, no hace falta ser brutalmente rudo, mas que todo se trata del juego mental que estás representando. Hablando de ello, el siguiente nivel del juego rudo o de dolor es el morder o pellizcar cualquier área sensitiva del cuerpo de ella tal como los pezones, los labios, el clítoris o incluso la cabeza.

A algunas personas (no yo) les gusta la dentadura como una herramienta sexual y la usan cuando quieren ser rudos. OK, tal vez me guste un poco. Los veteranos del sexo rudo saben cuando parar de border y no dejar ni una sola marca o herida en la piel, porque no es saludable y francamente no se ve para nada bien. Cualquier cosa que deje una marca o herida, es porque de verdad te has pasado de la raya y probablemente tenga repercusiones físicas y emocionales en tu relación con tu pareja.

Ten cuidado, juega rudo, mas no seas bruto!

Se trata al final de actuar como que vas a hacer daño, mas no lo haces, es como la lucha libre, es mas el juego mental, la representación, los juegos de rol mas que inflingir un daño severo físico en tu pareja.

Así que mi recomendación es que sepas comunicar bien tus ideas a tu pareja y te enfoques en el placer mutuo cuando se trata del sexo rudo.