Clooney “se liga” a “Alex”, luego se enamora de ella, tan solo para enterarse de que ella está casada y tiene una familia. Eso es sacro-santo y él ha pasado la línea de “sin condiciones” cuando él llegó a la casa de Alex con flores.

Pero la infidelidad de ella, no es es un problema. Que ella sea infiel no cruza ninguna línea en absoluto. Las reglas tienen que ser observadas para los ligues, no para los matrimonios.

Gracias a la fantástica labor de ingienería social bajo la programación mental de Hollywood, las feminista como Alex pueden tener trabajos prestigiosos y acostarse con quien quieran, mientras mantienen un matrimonio idílico y una vida familiar, tal como los hombres.

Up in The Air es la comedia romántica del año. A la mayoría de los críticos les fascina. Es bastante entretenida, pero el final inesperado envía un mensaje discordante que hasta la fecha no he visto a un solo crítico mencionarlo.

Así que, lo haré yo…

El filme está basado en la novela “Up In The Air” publicada en 2001 por Walter Kirn y que trata acerca de Ryan Bingham, un tipo que se dedica a despedir personas para ganarse la vida. Ryan pasa la mayor parte de su tiempo en aviones, viajando a ciudades de poca monta por todo Estados Unidos, ocupando cubículos de oficinas cualquiera desde las cuales despide a empleados comunes y corrientes.

La caracterización de los personajes en la película es dictada por la trama. Ryan además se dedica a dar charlas de motivación enseñando las ventajas de una vida sin ataduras. Ser un conferencista exitoso es un logro poco común, lo que le confiere una inusual gratificación y reconocimiento. Aún así, cómo puede un hombre con la inteligencia y habilidades para la comunicación de Ryan que es capaz de cautivar audiencias enteras, a la vez, encontrar satisfacción en un trabajo nómada, anónimo, donde se dedica a reducir a inocentes empleados desechables que atraviesan por períodos difíciles a meros escombros emocionales en un guión para despedir eternamente repetitivo y rígido, es algo que no se puede explicar claramente.

“El hogar” en Omaha es un simple apartamento sin muchos adornos. El hábitat preferido de Ryan es un aeropuerto anónimo, su gran ambición es lograr unirse al club selecto de los viajeros frecuentes de American Airlines que sobre pasan de las 10 millones de millas (él termina siendo el número 7 en unirse y a la vez el más joven).

En uno de esos viajes para ir a despedir personal, liga con una mujer de Chicago llamada Alex, una viajera frecuente sofisticada, la versión femenina de Ryan. La seducción activa y mutuamente directa de ambos sugiere una larga historia de aventuras sexuales en el buffet de aventuras diversas con extraños que provee este estilo de vida de viajero frecuente.

Siguen teniendo encuentros sexuales cada vez que sus itinerarios coinciden. En un alocado impulso después de un particularmente amoroso interluidio en otra ciudad, Ryan le pide a Alex que sea su acompañante en la boda de su sobrina en el norte de Wisconsin. Ella acepta.

Durante el fin de semana de la boda, Ryan y Alex parecen conectarse a un nivel más profundo. Ryan la lleva a un nostálgico paseo a su antigua escuela secundaria. El acto de mostrarle a ella su pasado abre para él una fisura de receptividad emocional que Alex de ningún modo resiste.

Poco después, sucumbiendo a la necesidad el viaje ha terminado, Ryan de forma impulsiva vuela hasta Chicago para ver a Alex y declararle sus sentimientos. Arrivando inesperadamente a la puerta de Alex, Ryan se lleva una chocante sorpresa al escuchar el sonido de las voces de niños y un esposo adentro. La familia burguesa de Alex representa su vida real, del mismo modo que los aeropuertos para Ryan. Él abandona el lugar antes de algún daño sea causado, pero ella esta furiosa con él por romper las reglas de su … lo que sea que sea y por poner la felicidad de Alex en riesgo ¿¿¿???. Ryan acepta dócilmente el derecho de ella a estar enojada. De vuelta a su vida sin sentido Ryan se marcha triste y no mucho más sabio.

Ahora bien, en este punto de la trama es que esta película pierde su atractivo para mi. Ryan honestamente se presentó como lo que era, un hombre soltero buscando por sexo casual. Alex se presentó a si misma como una mujer soltera buscando lo mismo. Pero, ella no era así. Ella estaba comprometida – a su manera – a una familia. Ryan no estaba engañando a nadie. Pero ella sí estaba engañando a su esposo.

Ahora quiero que pongan atención donde viene la programación mental feminista a través de esta película, cómo te venden antivalores haciéndotelos ver como si son lo más “cool”, lo más moderno, el estilo de vida de ensueño para las mujeres. El crimen de Ryan según Alex, fue que él permitió que sus emociones dieran vida a lo que se suponía debía ser nada más una aventura sexual de conveniencia, cosa la cual casi representó la intrusión dentro de la vida real de Alex que aparentemente ella considera sagrada, de acuerdo a su doble moral.

Y no solo eso: Una madre de niños pequeños con un itinerario de viaje agotador, Alex quebró lo que tendría que ser una regla igualmente importante para mantenerse en pie en el juego: la regla que dice que un viajero frecuente debe pasar su poco tiempo libre con su familia – pareja e hijos. Ella irresponsablemente pasó un fin de semana entero – algo valioso para ella, al menos – para tener una aventura sexual, lo que en el espectador fomentó la impresión de que ella era una mujer soltera y lo que alentó a la familia de Ryan a mostrarse afectuosa con ella como una pareja potencial de largo plazo para Ryan.

La vida de Ryan es superficial y cíclica. A pesar de todo su carisma, él es un fracaso social como hombre. Al final, él se da cuenta de eso. Es claro que el busca cambiar su vida – por algo mejor, al aceptar las responsabilidades que había definido – si él se hubiera comprometido con Alex.

En cambio, la vida de Alex es comparmentalizada, fragmentada y CÍNICA. Éticamente ella traiciona a su familia y aparentemente no tiene NINGUNA intención de cambiar su forma cínica de ser, ya que la película no parece dar ni una sola pista donde ella ponga en duda su comportamiento o ella se perciba a sí misma como una desgracia moral.

En la mayoría de las comedias románticas dignas de mencionar, aún cuando el protagonista no logra conquistar a la chica, siempre te deja ese agradable sabor de que cierto sentido de orden social prevalece. En cambio con esta película “Up In The Air”, Alex merecía toda la exposición social por su mútiples duplicidades, su doble rasero, su doble moral y Ryan merecía sentir que había sido humillado de gratis.

En lugar de que ese sentido de orden social prevaleciera, esta película al final te vende y te programa con el ideal de que la moral de Alex queda bien parada y no en entredicho, con Ryan que acepta el juicio moralista de Alex de ser un canalla por sucumbir a la aspiración de tener una relación que tuviera sentido por primera vez en su vida de aventuras cortas. Pero no, el hombre que deseaba ser un caballero por primera vez, se queda al final solo y triste. Mientras que Alex la puta viajera frecuente de doble moral es una juiciosa moralista que se eleva como una cínica mujer feliz y a la vez santurrona. ¿Qué puñetera comedia romántica puede ser esta? ¿Qué tiene de romántica esta película?

Es nada más programación mental feminista para que las mujeres vean como “bueno” tener doble moral y todavía tener el cinismo de proclamarse mujeres santas y decentes a la vez que imparten juicios morales.