Si comienzas siendo dependiente, lo decepcionas. Pero si eres algo que él no puede tener, obtenerte se vuelve un desafío.

Un hombre siempre va a querer lo que no puede obtener. Cuando un hombre conoce a una mujer y ésta parece imperturbable, ganar su afecto se vuelve un desafío para él.

O, si él intenta que una mujer actúe con inseguridad, pero ella aguanta con cierto nivel de dignidad y orgullo, de repente la dinámica cambia. El mismo tipo receloso de las relaciones se convierte en un creyente. Ahora comienza a fantasear con que la cabrona cocine para él, doble sus calcetines o lo persiga. Pero si comienzas dependiendo de él, sencillamente no va a valorarte tanto.

Tu actitud sobre ti misma es la que un hombre va a adoptar.

Lo mismo sucede en el sentido opuesto. Una mujer hermosa puede hacerse ver horrible a los ojos de un hombre si es muy insegura. Él te persiguió; por lo tanto te encuentra atractiva. Un comportamiento modesto y una actitud confiada lo convencerán de que eres bellísima.

Nunca supongas que no eres lo suficientemente atractiva, y que por lo tanto debes dar demasiado o tienes que perseguir a un hombre. El gusto es subjetivo. Lo que para un hombre es “horrible”, para otro es “hermoso”. La primera cita tiene que ver con tu aspecto. En cuanto él se enamora, todo tiene que ver con tu actitud, si puedes mantenerte independiente, y puedes ser tú misma.

Actúa como un premio y él creerá que lo eres.

Una mujer también se rebaja cuando se compara con otra. Así que no admitas que te sientes amenazada por otra mujer atractiva que entre al sitio donde estés. Sencillamente actúa como si no pasara nada. Si pretendes no fijarte en ella, él se dará cuenta de que confías en ti misma y quedará intrigado por ti. Y entonces ocurrirá otra cosa curiosa: de repente ella ya no se verá tan bien. Sólo tendrá el poder que tú le des.

Vestirte demasiado sexy no es una ventaja para seducir a un hombre. No se trata de tener éxito en excitarlo o no; ése no es un gran logro. Se puede excitar de muchas formas; se trata de mantenerlo excitado después de que quede satisfecho. Esa es la clave. Los hombres de calidad se sienten atraídos por menos, no por más.

Un hombre NO debe aceptarte como eres. Debe estar enloquecido por ti. La aceptación no tiene nada que ver con ello. Él acepta un tapete, pero desea a la chica de ensueño.

La variable más grande entre una cabrona y una mujer que es demasiado buena es el miedo. La cabrona le demuestra que no le da miedo estar sin él.

Cuando un hombre siente algo de miedo de perder a una mujer, su interés despierta.

Darle a un hombre demasiada seguridad demasiado pronto es como darle demasiada agua a una planta. Lo mata.

Si tiene que escoger entre su dignidad o tener una relación, la cabrona dará prioridad a su dignidad.

La cabrona sigue siendo la misma persona durante una relación con un hombre. No pierde a sus amistades. No deja su carrera ni sus pasatiempos. No se olvida de tener tiempo para sí misma ni cede en todo. Y, al contrario que la chica buena, no tolera demasiado las faltas de respeto.

También mantiene un poco la intriga y tiene un respeto enorme por sí misma; está convencida de que su propio valor es el que gobierna sus decisiones. Irónicamente, como no tiene miedo a perder a un hombre, él empieza a tener perderla. Como no está necesitada, él comienza a necesitarla. Como no depende de él, él empieza a depender de ella. Es como un imán invertido. La persona que sea la menos dependiente en la relación automáticamente atraerá a la otra persona.

Las diez características de la cabrona:

1. Mantiene su independencia.
2. No lo persigue.
3. Es misteriosa.
4. Lo deja queriendo más.
5. No permite que él la vea pasando un mal rato.
6. Tiene el control de su propio tiempo.
7. Mantiene su sentido del humor.
8. Se siente valiosa.
9. Siente pasión por cosas no relacionadas con él.
10.Trata a su cuerpo como a una máquina bien afinada.