Los límites son esenciales en una relación saludable. ¿Sabes cómo establecer y mantener ciertos límites en tu relación con tu pareja?

Establecer y mantener límites es una destreza. Mas no es una destreza que todo el mundo aprenda ya que es un concepto nuevo y desafiante. Muchos se basan en su propia experiencia u observando a otros.

Tener límites saluabe quiere decir que sabes y comprendes cuáles son tus límites.

Veamos cómo puedes hacer para construir mejores límites que puedas mantener.

1.- Lista tus límites.

No puedes establecerlos si no sabes donde te paras. Considera lo que puedes tolerar y aceptar y que te causa incomodidad o estrés.

2.- Sintoniza con tus sentimientos.

Algunas pistas o alertas de que están traspasando tus límites son: la incomodidad y el resentimiento. Si durante una interacción o alguna situación sientes una fuerte incomodidad o resentimiento, pregúntate ¿qué esta causando ese sentir? ¿qué han en esta relación o en la expectativa de la otra persona que te está causando molestia?

El resentimiento se deriva de sentir que se aprovechan de ti y que no se te apreica. Es a menudo señal de que estás pasando por encima de tus límites porque te sientes culpable (y deseas ser una buena pareja, por ejemplo), o alguien más está imponiendo sus propias expectativas, puntos de vista o valores en nosotros.

3.- Plática Directa y Clara.

Con algunas personas, mantener límites saludables no requiere una plática directa y clara. Usualmente, este es el caso cuando las personas son similares en sus estilos de comunicación, puntos de vista, personalidades y en la forma de ver la vida.

Con otros, como es el caso con aquellos que tienen personalidad distinta o antecedentes culturales, necesitarás un diálogo directo y claro sobre tus límites. Considera el siguiente ejemplo: “una persona siente que desafiar las opiniones de la otra persona es una forma saludable de comunicarse”, pero la otra persona siente que es irrespetuoso y tenso.

Hay otras ocasiones donde necesitarás un diálogo directo. Por ejemplo, en una relación romántica, el tiempo puede convertirse en un problema de límite. La pareja podría necesitar hablar sobre cuánto tiempo necesitan para mantener su sentido de individualidad y cuánto tiempo necestian estar juntos.

4.- Date permiso.

El miedo, la culpa y la duda son trampas potenciales. Podríamos temer la respuesta de la otra persona si establecemos y hacemos valer nuestros límites. Podríamos sentirnos culpables por decirle que no a un familiar. Muchos creen que deberían ser capaces de lidiar con una situación o decir que sí ya que son buenos hijos, aunque sientan que se han aprovechado de su buena disposición.

Los límites no son solo una señal de una relación saludable; son un señal de que nos respetamos. Así que date permiso de establecer límites y trabajar por preservarlos.

5.- Sé conciente de ti.

De nuevo, los límites tienen que ver con sintonizar con tus sentimientos y honrarlos. Si notas que algo está traspasndo o que no se mantiene en tus límites, pregúntate ¿qué ha cambiado?. Considera: ¿qué estoy haciendo o qué está haciendo la otra persona? o ¿qué está provocando la situación que me está haciendo sentir resentimiento o estrés?. Luego, baraja tus opciones: ¿qué haré al respecto? ¿sobre qué tengo control?

6.- Considera tu pasado y tu presente.

La forma en que fuiste criado con tu rol dentro de la familia puede convertirse en un obstáculo para establecer y preservar límites. Si se consideró en el rol de protección, aprendiste a enfocarte en los demás, agotándote emocional o físicamente. Ignorar tus propias necesidades puede convertirse en la norma para ti.

Además, piensa acerca de las personas que te rodean: ¿son las relaciones recíprocas? ¿hay un saludable dar y recibir?

Más allá de las relaciones, tu entorno puede ser poco saluble también. Por ejemplo, si tu jornada laboral es de ocho horas diarkas, pero tus colegas laboran de 10 a 11 horas, “hay una expectativa implícita de que labores más”. Puede ser desafiante ser el único que trata de mantener límites saludables. De nuevo, aquí es donde sintonizar con tus sentimientos y necesidades y honrarlos se vuelve crítico.

7.- Cuida de tu persona.

Haz una prioridad de ponerte a ti de primero. Cuando haces esto la necesidad y motivación por establecer límites se vuelve más fuerte. Esto ayuda a reconocer la importancia de nuestros sentimientos y honrarlos. Estos sentimientos sirven de pistas importantes para nuestro bienestar y sobre qué es lo que nos hace felices e infelices.

Ponerte a ti de primero sirve para darte energía, paz mental y una visión positiva para estar más presente con los demás y estar ahí para los demás. Y cuando estás en una mejor posición, puedes ser una mejor persona, hijo, pareja, padre, colega o amigo.

8.- Busca Apoyo.

Si se te está haciendo difícil establecer límites, busca apoyo, ya sea un gurpo de apoyo, iglesia, consejería o buenas amistades. Con las amistades o la familia, puedes incluso hacer una prioridad con cada quien practicar el establecimiento de límites juntos y hacerse mutuamente responsables.

9.- Asertividad.

Desde luego, sabemos que no es suficiente crear límites; tenemos que hacerlos respetar. Aun cuando sabes que la gente no es capaz de leer la mente, siempre esperamos que la gente sepa qué es lo que nos daña. Ya que eso no es así, es importante comunicar de manera asertiva con la otra persona cuando haya cruzado un límite.

De una forma respetuosa, dejamos que la otra persona sepa qué en particular resulta problemático para ti y que pueden trabajar juntos para mejorar esa situación.

10.- Comienza de a poquito.

Como toda nueva destreza, comunicar asertivamente tus límites lleva práctica. Comienza con un pequeño límite que no sea sea amenazador y luego incrementa con límites más desafiantes. Construye sobre la base de tus éxitos previos estableciendo límites pequeños primero en lugar de irte por aquello que sea muy sobrecogedor.

Establecer límites requiere coraje, práctica y apoyo. Y recuerda que es una destreza que puedes dominar.