De vez en cuando recibo un mensaje solicitando ayuda sobre como hacer con una mujer que está esparciendo rumores sobre ellos y que están arruinando el éxito que estan gozando con las mujeres, ya que dicen que ya las mujeres no los hallan atrayentes por culpa de los chambres, así que, ¿qué pueden hacer?

Bien…

Tendré que ser directo con esto: 9 de cada 10 veces, a menos que hayas hecho algo que sea dramáticamente malo, si la gente te está tratando diferente o mal debido a los rumores que han levantado acerca de ti, deberás de verte en el espejo y preguntarte por qué te has vuelto así de impopular.

Déjame darte dos escenarios…

1.- Una mujer que es bastante popular hace circular el rumor falso sobre un chaval que no es muy popular dentro de su comunidad. ¿Al lado de quién se irán luego de saber el rumor?

2.- Una mujer que no es para nada popular se pone a hacer circular rumores falsos sobre un chaval que sí es popular y que todo el mundo adora. ¿A quién le creerán?

Esta es la llana verdad. Si todos se han puesto de acuerdo en ignorarte y humillarte, entonces lo más probable es que no eras muy popular desde un inicio. Si de verdad le encantaras a la gente, te habrían defendido. Sueno duro, ¿cierto?. Es la realidad.

Así que el primer paso para poner fin y prevenir los rumores y falsos testimonios sobre ti es ser más popular o agradarle más a la gente.

Piensa por qué le desagradas a la gente y piensa cómo hacer más amigos.

Una vez tengas el “apoyo de las mayorías” entonces puedes aislar a quien difundió el rumor como una pobre fracasada en quien no se puede confiar.

Para ese momento, ya puedes confrontar a la chambrosa.

Dirígete hacia esa persona y dile algo como, “Hey. Se me ocurrió que debería ponerte al tanto acerca de un rumor acerca de ti que está circulando por la oficina. Pero no te preocupes, yo no le contaré a nadie”.

Luego cuando ella te pregunte de qué se trata, le dices, “Oh, pues se lo escuché a alguien decirlo por ahí – no te puedo decir quién – que todo el mundo piensa que eras la persona más chambrosa en la oficina y que ya nadie confía en ti”.

¡Bye, bye, chambrosa!