La investigación científica sugiere que las opiniones basadas solamente en la apariencia han estado presentes desde la antigüedad. Mucha de esta estrategia esta basada en el miedo y en evitar aquello que podría ser peligroso.

Sobrevivencia

La investigación científica sugiere que las opiniones basadas solamente en la apariencia han estado presentes desde la antigüedad. Mucha de esta estrategia esta basada en el miedo y en evitar aquello que podría ser peligroso.

La apariencia es el primer criterio que tenemos para evaluar a una persona. En situaciones de supervivencia en la prehistoria, uno no tenía tiempo para detenerse y conversar con otra persona para decidir si era una amenza o no.

Las decisiones se hacían inmediatamente. Tendemos a responder mejor a las personas que se ven como nosotros y nuestros ancestros que evitaban algo o a alguien que no les era familiar también evitaban daños e incluso la muerte en algunos casos.

Las poblaciones primitivas probablemente tenían mucho menos variaciones en la apariencia y comportamientos que las culturas humanas de hoy. Aún así, las diferencias eran particularmente sobresalientes. Aquellos que no se veían igual y eran probablemente miembros de otros grupos hostiles provocaban una respuesta defensiva.

Éxito Reproductivo

Mucho de lo que se considera atractivo esta directamente relacionado a los atributos físicos que indican salud. La simetría facial indica carencia de enfermedad y deformidad.

Los pechos grandes, la piel clara, los cuerpos proporcionados, los ojos grandes, los labios gruesos y el color en las mejillas son indicadores de que una mujer es saludable, bien alimentada y capaz de tener hijos y criarlos. Para los hombres, los músculos bien definidos, características fuertes y una estatura alta indican que el hombre es capaz de proteger a su familia y tener éxito en proveer recursos.

Los motivadores primarios en nuestros ancestros eran la sobrevivencia y la reproducción. La comunicación estaba limitada, así que no habían otros métodos para juzgar el caracter de una persona o su idoneidad para la reproducción. La medicina era casi inexistente, así que las personas no entendían las enfermedades o cómo tratarlas.

La elección de pareja tenía que ver más con tener bebés que contar con alguien con quien hablar y compartir actividades. De esa manera, la apariencia era de la mayor importancia para escoger a la persona que ayudaría a alcanzar esos objetivos.

Consideraciones Modernas

Ciertamente, la mayoría de las poblaciones humanas de hoy tienen menos preocupación por la sobrevivencia y la reproducción que nuestros ancestros. Pero nuestras respuestas hacia los demás han sido pasadas de generación en generación a lo largo de la historia. Esta transmisión puede ser cultural o de algún modo biológica.

En cualquier carso, las justificaciones modernas persisten para los juicios ancestrales. Alguien que se vea “desgarbado” puede de hecho ser peligroso y evitar a tal persona puede salvar una vida. En este caso, juzgar en base a la apariencia física puede ser positivo.

Valoramos la juventud y la belleza, y a menudo tomamos estos atributos como indicadores de que esa persona es inteligente, capaz, exitosa, honesta y amigable. Obviamente, esto no siempre es el caso. Un empleador potencial se puede formar una impresión errónea de que una persona mayor u obesa es perezosa, lenta e incapaz de lidiar con las demandas de un trabajo.

De hecho, tal candidato puede ser la mejor persona para ese trabajo. Afortunadamente, a diferencia de nuestros ancestros, podemos decir ahora que estas impresiones son tan solo nuestras primeras impresiones, no nuestras únicas impresiones.

Debemos estar concientes de nuestra predisposición humana a formarnos impresiones basados en las apariencias y luchar por juzgar a las personas de acuerdo a un mejor criterio.