Cómo convencerlo de que tiene el control mientras tú manejas los hilos. Para poder motivar a un hombre a dar, él debe sentirse bien cuando da. Quiere sentirse apreciado y reverenciado.

El ego es la razón por la que los hombres van a la guerra. Es la razón por la que construyen grandes corporaciones. El ego es la razón por la que se clavan agujas en el trasero en el gimnasio antes de levantar pesas. Es la razón por la que suplican, roban y piden prestado. Y eso es la razón por la que se enamoran.

¿Cuáles son las dos palabras que garantizan excitar a cualquier hombre? “Tienes razón”.

Nunca lo vas a poder convencer de lo contrario, así que ni siquiera te molestes en intentarlo.

Déjalo creer que tiene el control, automáticamente empezará a hacer cosas que tú quieres que haga porque siempre querrá verse como un “rey” antes tus ojos.

Déjalo tener la razón. Tú usa la inteligencia. Esta es la razón precisa de por qué el zorro tonto deja que un hombre crea que tiene el control. Cuando recurres a su sentido del poder, “cargas sus pilas”. Así le estás dando lo que necesita; y él ni siquiera lo sabe.

Cuando alimentas su ego con suavidad, él no intentará obtener el poder con agresividad.

Los elogios son un arma efectiva para hacer que te trate como tú quieres. No te quejes diciendo: “Antes me traías flores”. Desde este momento en adelante, cada ramo que te traiga será “el más bonito que has visto”. No te quejes de que no salen lo suficiente. En vez de eso, a cada restaurante donde te lleve va a ser “increíble” o “maravilloso”.

Si le das a un hombre la impresión de querer ser siempre la que “lleva los pantalones”, casi siempre vas a lograr empezar una batalla, en cuyo caso, felicidades, te habrás convertido en su oponente. Si él compite, juega a ganar a tus expensas, y te deseo buena suerte para conseguir algo de esa forma.

Si pareces suave y femenina, atraes su instinto de protección. Si pareces agresiva, atraes su instinto de competencia.

Los hombres necesitan algo de entrenamiento, y la forma de entrenarlos es elogiarlos cuando se portan bien. ¿Cuál es la palabra favorita de un hombre? “Mejor”. No importa si le dices: “Cariño, eres el mejor comiendo nueces; nunca había visto a alguien comer nueces mejor que tú”. Usa la palabra mejor, y siempre tendrás su atención completa.

Hazte amiga de su ego. Házlo sentirse necesario. Recuerda, cuando él se esté portando como un hombre y te esté tratando bien, haz un pequeño “homenaje” a su ego. Debes hacerlo sentir como Conan el Bárbaro un par de veces por semana. Cuando haga algo útil en casa, elógialo. No importa si las cosas no le quedan del todo bien.

Los hombres tienen grandes egos y necesitan que se los alimenten. Esto es lo que hace el “zorro tonto”. En las pequeñas cosas, lo hace sentir que es el King Kong de su mundo.

Manejar su ego con guantes de seda es como aprender el abecedario. No hay ninguna madre que critique el dibujo en crayón que su hijo trajo del jardín de niños, por feo que éste sea. Es importante elogiarlo.

Él permite que una mujer que se convierte en su “tapete” pague la cena en sus primeras citas, pero ni siquiera se le ocurriría con su chica de ensueño.

Esta conversación surgió en mi programa de radio. Llamó una mujer preguntando si debía permitir que el hombre pague, y yo le contesté: “Al principio, sí”. Tanto mi invitado de sexo masculino como mi ingeniero de sonido, hombre también, saltaron diciendo: “Pero eso no es justo”. Pero tampoco es justo que nos paguen 60 centavos por cada peso que ellos ganan, que tengamos que usar molestos brasieres y tacones y que seamos nosotras las que llevemos a los hijos dentro y tengamos que pasar por el parto.

Así que déjalo ser un hombre. Un caballero.

Lo importante es que cuando pague, al final de la cena le hagas saber que aprecias el gesto. Y que elogies su gusto en la comida, el vino o el restaurante. Pero si no fueron buenos, no comentes nada.

El zorro tonto sabe que mientras menos critique, mejor. Y por esto no se queja, manipula.

El Credo del Zorro Tonto que te pongo aquí, te deja navegar suavemente y no da pie a conflictos: * Acepta todo.

* No des explicaciones.

* Y después haz lo que te convenga. Tu vida será mucho más fácil.

Además de tener la “razón”, un hombre necesita que sea “su idea”. Así que recuerda, siempre es su idea. Aunque no lo sea, convéncelo de que sí.

La posición simbólica de poder es de cara al público, pero la posición de poder real sólo se muestra en privado. Y ésta es la única que importa.

Toca el tema en privado, nunca frente a otras personas. Si no es algo importante, deja que se lleve el crédito. ¿A quién le importa? El zorro tonto es más inteligente. Nunca comienza una pelea por algo trivial, en especial si sabe desde antes que no va a obtener nada si gana. El zorro tonto es fuerte de una manera más recatada. Permanece en su territorio, pero no es castrante. Aplica la “Ciencia de la Conformidad”. Parece que cede parte de su poder, pero gana influencia en el proceso.

Para todos los propósitos “reforzadores del ego”, ayúdalo a verse como un hombre frente a otras personas. Deja que abra las puertas y que se dirija al capitán en un restaurante. Esta es la posición simbólica de poder que no tiene importancia.

La mayoría de los hombres saben que las cosas románticas excitan a las mujeres, pero las mujeres no entienden que si hacen que un hombre se sienta poderoso, logran el mismo efecto. Los derrite como mantequilla, es una buena forma de ganar influencia en una relación. Son capaces de escalar una montaña sólo para sentirse admirados por la mujer que aman.

¿Ahora bien si las mujeres actúan así, qué diablos esperas tu para aprender a SER EL PREMIO? Entre más te lo pienses, más oportunidades seguiras perdiendo enla vida, aquí estamos para enseñarte a ser la clase de hombre que se consigue unabuena cabrona, ¿qué te parece? Fantastico, no! Pues únete YA a SeduceMujeres, ya pasó Enero y todavía sigues como todo un perdedor! No me hagas perder mi tiempo, no estás haciendo nada aquí entonces. Vete y no vuelvas más a esta página. O te conviertes en el PREMIO o te conformas con la primerachica que te haga caso!