Me siento orgulloso de un sueño que tuve. Era joven de nuevo y estaba soltero. Mi bella novia y yo andabamos de compras. Le sugerí que regresaramos a mi apartamento. Me sentía amoroso y deseaba compartir cariño. Tan solo estar felices juntos. El sexo no era el meollo del asunto.

Poco después de haber llegado, ella dijo que tenía que irse.

Frustrado en el amor. De nuevo.

En el sueño, presioné porque me diera una explicación. Ella no tenía ninguna.

Ella no quiere estar conmigo. Le concedí su deseo. Le dije a ella que no estaba interesado en jueguitos. Hasta ahí llegó la relación. Le puse fin.

Me desperté de aquel sueño complacido con mi acción subconsciente.

Mira, cuando era joven, me enfrenté a toda clase de miseria debido a mis fantasías románticas, sobreponiéndome a cada obstáculo interpuesto en mi camino. Tenía el cartel de “necesitado” escrito en mi frente.

En una ocasión, una chica que se parecía a Embeth Davidtz dijo que me hallaba “repulsivo”. Si existía alguna oportunidad de decirle a una mujer que “fuera a la mierda”, esta era la ocasión.

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En lugar de eso, ignoré el comentario y perseveré pacientemente. Terminamos viviendo juntos por casi cinco años. Podría llenar otro libro con mi experiencia que enfrente en esta relación. Obviamente, era inmaduro y plenamente responsable por mi destino.

Ahora han pasado los año y he madurado. Me encuentro felizmente casado. Tan solo desearía haber despertado de estas fantasías románticas mucho antes.

PROGRAMACIÓN MENTAL DE LA MATRIX-CULTURA

Hablamos de ser “programados” por los medios de comunicación masivos. Los hombres están recibiendo la más grande programación y lavado de cerebro de todos los tiempos: con la noción de que el sexo y el “amor” son la llave de la felicidad. Se nos dice que necesitamos a una mujer para que nos desarrollemos como hombres. Se nos dice que tenemos que satisfacer a una mujer para probar nuestra masculinidad.

Se nos ha programado para buscar la aprobación femenina cuando nuestra propia aprobación personal es la única que importa.

Esta programación se está intensificando en los últimos tiempos. Cada vez que miro la TV, veo a mujeres dominantes haciendo pareja con hombres feminizados que tratan de impresionar a las mujeres.

De todas maneras, yo he estado ahí antes, lo hice. He satisfecho a las mujeres en innumerables ocasiones y he sido satisfecho también. He madurado de la forma prescrita. Pero hubiera deseado haber encontrado un atajo y degradado el rol de la mujer y del sexo a su verdadero nivel de importancia, digamos de un 75% a un 25%.

Cómo desearía no haberlas amado. Mirando atrás, ninguna lo merecía. En serio, desperdicié miserablemente gran parte de mi existencia con esa programación mental errónea impuesta por los medios.

Las mujeres jóvenes atractivas no son todo lo que existe. A través de los medios se nos presentan como semi-diosas por nuestros programadores mentales. La mistificación de la mujer bella, como todo lo demás, es el resultado de quitar a Dios de la ecuación de nuestras vidas. Tal y como dijo Oscar Wilde: “las mujeres son las esfinges sin secretos”.

Las mujeres se suponen que son nuestras compañeras de vida, no nuestras almas gemelas. Si de verdad puedes encontrar a una alma gemela, mis reverencias para ti.

Soy el mayor defensor de la heterosexualidad, el matrimonio y la familia. Asumo que otros son más adeptos de lo que yo he sido.

CONCLUSIÓN

¿Estoy furioso? Si, estoy furioso por todos los medios que la cultura nos ha mentido. Aquí, culpo a la Élite Financiera por lavarnos el cerebro a través de su programación mediática al elevar las “relaciones” sexuales a la negación de todo lo demás. Y me culpo a mi mismo por haber caído mansamente en esta basura de trampa mental con la que se engaña a todo el conjunto de la sociedad.

El hombre promedio gasta 75% de su energía en esto. Muchos hombres están destrozados por el divorcio. ¿Qué pasaría si los hombres emplearan sus energías en otras cosas? ¿En nuestro trabajo? ¿En nuestra educación? ¿En nuestra música, pasatiempos o deportes? ¿En nuestra política?

La presión social de amoldarse al rebaño, para buscar “una relación” es sobrecogedora (lo cual prueba todo lo que estoy diciendo).

Tal vez la verdadera moraleja de todo esto es:

Los hombres NUNCA deberían de buscar a las mujeres para que les proporcionen auto-confianza. Si yo hubiera tenido una mejor auto-estima cuando fui más joven y me hubiera comportado en consecuencia, tal vez me habría despertado de esta programación mental mucho antes.