La gente se resistirá a comer grasas y azúcares porque no son saludables. Pero no se resistirán para nada al complacer sus deseos auto-destructivos.

“Gobierna tu mente o ella te gobernará a ti” — Horacio

“Todo está bien, no pasa nada” — Expresión popular de la humanidad en el 2011.

La mayoría de las personas actúan como si el concepto de “tentación” fuera una reliquia de una era pasada.

Aún así en sus corazones, pienso que saben que el concepto nunca había sido más oportuno y urgente como lo es ahora.

Una mujer solicitó consejo en un periódico reciéntemente:

“He estado en una relación por muchos años como el mismo hombre. Lo amo, pero hace poco descubrí que podría sentirme más atraída por personas de mi mismo sexo. ¿Debería contarle? ¿Debería acabar la relación? ¿Existe algo malo psicológicamente en mi?”.

El psicólogo Dr. Joti Samra respondió:

“Primero que nada, no hay nada malo en ti desde un punto de vista psicológico al tener inquietudes sobre tu orientación sexual… El verdadero sentido de la orientación sexual de uno no es una elección… Si sientes que tu pareja es alguien con quien puedes hablar abiertamente y sin ser juzgada, podrías de verdad ventilar gentilmente el asunto con él”.

Esta dama tiene una fantasía pasajera con otras mujeres. No es de extrañar que sea así teniendo a todos los medios bombardeando a las mujeres con estas ideas las 24 horas. Es el último grito de la moda. Así que ella desea hablar del tema con su novio. Si el novio no está descerebrado, es obvio que no estará contento al enterarse que su futura esposa y la madre de sus hijos, es una lesbiana de clóset.

¿No sería más inteligente callarse y dejar que se vaya esa fantasía de la mente?

¿Acaso tenemos que satisfacer cada atracción y deseo que sentimos, aún si es destructivo para nosotros y para las personas que supuestamente amamos?

Digamos que ella se sintiera atraída por otros hombres. ¿Debería ceder ante la tentación? ¿Debería discutirlo con su pareja? La mayoría de los heterosexuales siente atracción por muchas personas del sexo opuesto. Sin embargo, si ya están comprometidas a alguien que les interesa, reprimen esos deseos perversos. Se dan cuenta que es una tentación y que podría atraer consecuencias negativas.

Supongamos que esta mujer siente atracción sexual por los niños ¿Serán así de alcahuetos y consentidores los psicólogos con esta confesión también? Si un psicólogo te dice: “El verdadero sentido de orientación sexual de uno no es una elección..” créeme, esta clase de lógica conduce a la pedofilia. Después de eso, a la bestialidad.

Todo esto es ya de una mente degenerada que ha perdido toda conexión con la naturaleza y se ha entregado a actos perversos anti-natura.

Las verdaderas religiones ven al hombre como la interfaz entre el espíritu (Dios) y la materia (animal). El hombre es como un chiquillo (espíritu) montando un elefante (cuerpo). Él debe frenar sus instintos animales. Debe ser capaz de reconocer la tentación y resistirla.

Nuestra sociedad “secular” es la piedra angular de la influencia satánica de la Élite Financiera. El satanista no reconoce esta dicotomía entre el espíritu y la materia. Niega la existencia del espíritu y ve a los humanos como a animales. Encuentra su salvación en la auto-complacencia, sin dominio de sí mismo. “¡Haz lo que quieras”, es el lema satanista. “Just Do It”.

Somos como Eva en el Jardín del Edén, sometidos a la tentación las 24 horas, los 7 días de la semana. Dinero. Sexo. Comida. Cosas materiales. Poder. Fama. La TV está repleta de cuerpos hermosos.

Han abolido todo el concepto de tentación. Nos han desarmado y nos han hecho vulnerables a todos estos deseos. Lo vemos. Lo deseamos. No somos capaces de discernir lo que es bueno y lo que es auto-destructivo.

Necesitamos redescubrir esta destreza espiritual. Una alarma debe encenderse en nuestra mente cada vez que somos tentados.

Rápido descubriremos que las recompensas del dominio de uno mismo exceden por mucho las de la auto-complacencia. Sentiremos mucho más seguridad en nosotros mismos y orgullo al ejercer nuestros músculos espirituales de igual modo como nos sentimos con el ejercicio físico intenso.

La disciplina espiritual le da a la vida definición y desafío. Mientras nos purificamos, comenzamos a ingresar en la cuarta dimensión, la dimensión moral. Comenzamos a experimentar la persona que se supone que seamos.

Me gustaría escuchar tu historia sobre reconocer y sobreponerte a la tentación.