¿Te ha pasado alguna vez? ¿Alguna vez has tenido la experiencia de gustar de una mujer, ser un perfecto caballero y tratarla como una reina, solamente para hacer que te rechace en favor de alguien más (posiblemente muy bien parecido) quien no la trate bien, o no le parezca mucho importarle ella?

Esta clase de hombres se les conoce como “chicos malos”, “encantadores” o “conquistadores”. Cuando estás interesado en una mujer, ¿tienden las mujeres a verte como un amigo o “hermano” en lugar de mostrar interés romántico? ¿Te dicen las mujeres que eres demasiado “buena gente”? Si es así, no estás sólo.

Este artículo te dará a tí, el chico bueno, algunos consejos sobre cómo usar los comportamientos de los galanes encantadores, al mismo tiempo que conservas tus valores de buen hombre.

Hagamos una lluvia de ideas por un minuto. ¿Qué hace atractivos a los hombres encantadores o conquistadores? Son divertidos, espontáneos, impredecibles, misteriosos y actúan como si no les importara lo que los demás piensan de ellos (también conocido como confianza). Siguen sus propias reglas y no dejan que otros (incluyendo a sus conquistas) pasen por encima de ellos. Y a menudo son bien parecidos.

Así que, ¿qué puedes hacer? No tienes que involucrarte en comportamientos arriesgados a fin de tener éxito con las mujeres. Algunas ideas “seguras” que se me vienen a la mente en un abrir y cerrar de ojos son: “Vamos a comer algo de suchi, de helado o postre”, o, “Salgamos a pasear y veamos en dónde terminamos”. Si esto no eres “Tú” usualmente, entonces podrías disfrutar tu recién descubierta espontaneidad.

Puedes ser misterioso/impredecible sin violar tus principios. No le hables el día después de conseguir su número telefónico o el día después de una cita. Dale tiempo a ella para que se pregunte si le hablarás; déjala elucubrar. A la gente le gusta siempre aquello que es difícil de obtener y a las mujeres les gusta un poco de desafío.

Tú eres el hombre. Muchas mujeres están buscando un hombre que sea seguro y con determinación, en quien se pueda confiar que haga las cosas. Durante una cita, lleva la batuta, pero no seas muy intenso. Siempre ten un Plan A y un Plan B, de modo que no te pierdas el concierto si el restaurante extravía tu reservación y tengas que esperar una hora y media.

Siempre sé flexible, en caso de que a tu cita le disguste la comida china, por ejemplo, o te haya dicho que su grupo musical favorito está en la ciudad, esta noche nada más. Algunas citas de bajo costo que permiten conocerse mejor son ir al zoológico, a un museo o un mini-golf. Además de ahorrarte dinero, estas citas de bajo costo minimizan la sensación de que tienes que “comprar” su afecto con citas extravagantes. Y si le gustas, a ella no le importará una cita “barata”; ella nada más desea estar contigo.

No te apresures, ni insistas. No seas necesitado, ni actúes nervioso. Podrías estar un tanto ansioso durante una cita, pero ella no necesita saber eso. Mantén todo bajo control y con buena vibra, préstale toda tu atención a ella. Eso en sí, ayudará a alejar la atención de ti y te ayudará a sentirte más seguro. Y, sé un caballero (ya de por sí eres bueno en esto). Por ejemplo, siempre paga la cuenta a menos que ella insista en pagar, abre las puertas por ella, etc. Pero no te excedas con regalos, ni parezcas desesperado.

Déjala hablar. Aquí es donde los chicos buenos tienen ventaja. A la mayoría de las mujeres les fascina comunicarse verbalmente y acogen con gratitud la oportunidad de ser escuchadas. (Pero cerciórate de escuchar; no te pongas a divagar). Ella quedará impresionada si recuerdas detalles sobre cosas que son importantes para ella, como el nombre de su mascota o su libro favorito. Si la conociste en la red, revisa su perfil para hacerle preguntas sobre sus intereses.

La pulcritud cuenta. Esta es otra clave de los chicos encantadores. No tienes que lucir como Brad Pitt, pero luce lo mejor que puedes con lo que tienes. Revisa tu ropa y accesorios con mirada objetiva. Si deseas una opinión certera, pregúntale a un amigo – en especial una amiga – que te brinde su opinión. O, pon en la TV cualquiera de los programas que se enfocan en el guardarropas y consejos de vestir para hombres.

Ten una vida propia. Solo porque estás saliendo con una mujer no quiere decir que dejes todo lo demás (incluyendo a tus amistades, pasatiempos e intereses). Después de todo, las relaciones van y vienen. Sé tu mismo. No tienes que estar siempre a disposición de ella. Cuando no quieras de verdad hacer algo (por ejemplo, si ella desea que canceles tu partida de fútbol sala o tu noche de parranda con tus amigos, para ir de compras con ella), no hay problema en que rechaces su sugerencia.

Decirle NO a una mujer podría resultar difícil para los “chicos buenos”, pero si esta mujer vale la pena, ella respetará tu tiempo e intereses. Para aligerar la tensión, podrías sugerir una cita alternativa otro día. Por ejemplo: “Siento no poder este Sábado, ¿qué te parece si vamos a ver esa obra teatral que tanto has afamado el Domingo, mejor?” ¿Qué tal reacciona ella a eso? Recuerda: Tienes todo el derecho a calificarla, no solo ella a ti. ¿Merece ella una segunda cita? ¿Es ella buen material para una relación (si es eso lo que buscas)?

Sólo porque ella sea atractiva/inteligente/con clase no quiere decir necesariamente que ella sea buena para ti. ¿Te trata bien? ¿Es amable? ¿Tiene una auto-estima decente? ¿Es generosa? Si estás buscando una relación para largo plazo, ¿te visualizas con ella juntos dentro de 20 años, cuando su belleza se súper modelo haya comenzado a desvanecerse?

Al menos para los “chicos buenos” hay buenas noticias, ya que a medida que los años pasan, las mujeres que a lo mejor hayan sobrevivido a una o dos rupturas amorosas por parte de “chicos malos”; a esas alturas de la vida puede que estén más dispuestas a apreciar a los chicos buenos. Haz una lista de tus puntos a favor, de tus buenas cualidades que tienes que ofrecer. Sigue siendo así. Y comienza a creer que eres un buen partido (¡o al menos actúa como tal!) y comienza a leer mi Manual Seduce Mujeres para iniciar tu proceso de conversión en la clase de hombre que atrae a la mujer que desea.