El Tao manda. El Tao no se equivoca. Después del caos, viene el orden y cuando se fuerza una energía, reaparece por el lado contrario.

El Tao manda. El Tao no se equivoca. Después del caos, viene el orden y cuando se fuerza una energía, reaparece por el lado contrario. Todo mi análisis sobre la crisis de las relaciones hombre-mujer y la emergencia de la homosexualidad resultaron de una sencilla (pero efectiva) interpretación del Tao.

El último eslabón de atentados legales para alimentar la guerra de sexos han sido la ley sobre “violencia de género” y el Ministerio de la Igualdad, sendos inventos de la élite Iluminati de Bruselas con el cacareado objetivo de “igualar al hombre y la mujer y combatir la violencia de género”. Evidentemente, la pretensión de que los hombres y mujeres seamos exactamente iguales es un acto violento en sí mismo (”violento= que está fuera de su estado natural”, diccionario dixit) y bien pudiera ser el origen de una parte de esa misma violencia el no dejar expresarse en base a sus propias diferencias. Pero es que, la paralela mitificación romántica de la homosexualidad tenía que llevar a la contradicción de una ley injusta desde su origen pues quiebra, precisamente, la igualdad de las personas: solo contempla la violencia de hombre a mujer y no viceversa… y derivados.

Hace solo una semana, apareció una noticia (seguro que habrá más pero las censuran) de un homosexual que apuñaló a otro por celos. Me preguntaba yo en “Meneame” si esto sería considerado “violencia machista”, dado que era un acto violento entre “machos”, o “violencia de género”, puesto que ocurría entre dos personas del mismo género. Para diferenciar la violencia de uno y otro género (ay qué lío) propongo calificar a la homosexual como “violencia hipermachista” o “violencia de género al cuadrado“.

Bueno, pues la cosa ha tomado forma porque las organizaciones homosexuales, en su ansia de igualdad, ¡ESTÁN DEMANDANDO QUE LA LEY DE VIOLENCIA DE GÉNERO CONTEMPLE LA VIOLENCIA DENTRO DEL MISMO GÉNERO!

El Tao manda: el Absurdo es la consecuencia de la violencia antinatural

No me negaréis que la cosa no tiene su moraleja puesto que ahora el Ministerio de la Igualdad rechaza la modificación de la ley que, paradójicamente, ¡discriminará a los homosexuales que son… la máxima expresión de la igualdad sexual! Es decir, los beatos de la igualdad.

Jajajajajajaajjaajaa.

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