En el yoga, la respiración es sagrada y el cuerpo es un templo. ¡Lleva estas ideas a la cama! Pasas una hora poniendo a prueba tu fuerza y flexibilidad en posiciones semi-acrobáticas. Tu piel comienza a sudad y tu corazón bombea deprisa. Luego al descansar, te sientes vibrante, inspirado y energizado. ¿Es esto yoga o sexo? ¿Qué tal si las dos?

Aunque es fácil asociar el yoga con posiciones contorsionistas – piensa en el escorpión y la rueda – la práctica pude también mejorar tus encuentros íntimos (y no solo estamos hablando de flexibilidad aquí). Esto es porque el yoga y el sexo son una pareja divina que se combina a la perfección. Son tanto físico como emocional, desafiante y alentador, ambas usan el cuerpo para calmar la mente y estimular el espíritul. Y así como una práctica completa del yoga esta basada en la agilidad física, claridad mental y apertura espiritual, toda unión sexual exitosa descansa en un conjunto similar de características orquestadas de forma artística.

Cuando comienzas a pensar en la energía sexual como algo sagrado, las cosas comienzan a cambiar. En otras palabras, brinda mayor consciencia y sensibilidad a cada experiencia sexual, por lo que incrementa el placer que recibes.

El yoga enfoca a la gente en cómo se siente, lo cual es algo que no hacen lo suficiente durante el sexo, ya que la gente tiene más a pensar en lo que piensan que la otra persona está viendo o pensando. El yoga aleja la mente de los juicios, pensamientos, especulaciones, elucubraciones y ansiedades – cosas que interfieren con la respuesta física y la satisfacción emocional.

Sea que escojas Hatha, Vinyasa o Ashtanga, una práctica consistente del yoga cultivará mayor percepción de tu cuerpo y cualquier otro cuerpo con el que decidas sentirte cercano. Entre más receptivo eres contigo mismo, más receptivo serás con cualquier otra persona.

En la cama, esta incrementada atención te ayuda a reconocer los cambios sutiles en tu pareja – un nivel de enfoque que te pondrá en la vía rápida hacia convertirte en un amante de clase mundial. Estarás sintonizado con lo que se siente bien y con lo que – tanto para ti como para tu pareja. Incluso con esa percepción y receptividad mejoradas, la comunicación seguirá siendo siempre crucial para una vida sexual súper satisfactoria.

Pero claro, las palabras no son la única vía. Tómate tu tiempo para estar presente de lleno – no en soñar despierto, o hacer la agenda del día siguiente, ni mucho menos estar con ansiedad por temores o inseguridades. Mira a tu pareja directo a sus ojos y dedícate a cada caricia y a cada beso.

Si caes en un lapso de inhibición, considera ahimsa, uno de los primeros principios del yoga, el cual se traduce a algo así como “no violencia” o “compasión”. Al abstenerte de todo juicio – contigo mismo o hacia tu pareja – practicas una forma de compasión que te ayudará a hacer de tus encuentros sexuales más liberadores.

La mayoría de la gente dice que las dos cosas que desean obtener del sexo es placer e intimidad. Pero a menudo enfocan su atención en cosas ajenas como pensar “¿hace esta posición que mi trasero se vea grande?”.

Así que la próxima vez que estés metido de lleno haciendo el perrito, conviértelo en una experiencia sensual. Siente cada dedo haciendo presión contra el suelo, nota los cambios en la temperatura, los cambios sutiles en los músculos y los movimientos enérgicos. Tu práctica de yoga se convertirá en mucho más que un mero ejercicio o un simple método para reducir el estrés. Y tu vida sexual muy bien podrá cosechar los beneficios. Algunas personas consideran la respiración como algo sagrado y al cuerpo como un templo. Si consideras al acto sexual del mismo modo, sin duda alguna incrementarás la frecuencia de la experiencia.