No existe nada más frustrante que una relación íntima donde eres tú quien siempre sacrifica sus sentimientos, emociones, deseos, y necesidades en función de otra persona. Sigues entendiéndole mientras pones tus propios sentimientos en un segundo plano. Con el paso del tiempo será muy difícil seguir alimentando los sentimientos de alguien más mientras descuidas los tuyos. ¿No sientes que eres tú quien está constantemente dando más y más y sin embargo no recibes ni la mitad de la atención que ofreces?

Es cierto que cada persona comparte de una forma diferente, sin embargo, una buena parte de la sensación negativa de dar y no recibir es que sientes como si te estuvieras secando y no te quedara más que dar. Sientes que te agotas, que se han aprovechado de ti, que no puedes hacer nada al respecto, que no vales nada y que solo sirves para atender los deseos de la otra persona.

Es muy probable que olvides tu propia existencia. Esto no quiere decir necesariamente que seas cruel contigo o que hayas hecho algo mal. Es posible que siempre hayas sido la persona más comprensiva. Siempre has entendido por lo que ha pasado el otro, por eso te pones siempre en su lugar olvidándote de tu propia existencia. Es probable que quisieras sentir que no eras una persona egoísta. Sin embargo, mientras te desvivías, esa persona sí fue egoísta contigo y nunca se puso en tu lugar.

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Es tiempo de reclamar tu lugar, de reclamar respeto, amor y orgullo propio. Si te das cuenta de que siempre has estado alimentado los sentimientos y la vida de alguien más mientras que esa persona solo se ha preocupado por sí misma entonces ya es tiempo de que comiences a preocuparte por tu vida. No hay nada malo en que les des apoyo a los demás, a nivel mental, emocional, físico o espiritual siempre y cuando recibas la misma atención y cuidado de la otra parte.

Una persona desinteresada casi siempre se va sentir atraída hacia una egoísta. ¿Por qué? Simple, porque son lo mismo. ¿Cómo es posible esto? Bueno, una persona que no se preocupa demasiado por sí misma es egoísta en el fondo. Son egoístas para sí mismas tanto como la otra persona lo es con los demás. Pero por favor, no te confundas. Si no hemos aprendido cómo ayudarnos a nosotros mismos, entonces ¿cómo podremos atender las necesidades emocionales, mentales, físicas y espirituales de otros? De seguir así solo nos sentiremos más exhaustos y resentidos con aquellas personas a las que atendemos con todo nuestro empeño y de las cuales no recibimos nada.

[sociallocker]Para apoyar realmente a los demás, necesitamos desarrollarnos emocional, mental, psicológica y espiritualmente. Sólo si estamos en verdadera sintonía con nosotros mismos podremos servir a los demás incondicionalmente. Así seremos capaces de ayudar a otros desde una posición de fuerza y poder interno. Pero esto no significa que cualquiera se pueda beneficiar de tu naturaleza altruista. Tus relaciones personales e íntimas deben permanecer en privacidad, confidencia, comunicación abierta, sin manipulación emocional y con un profundo y sincero amor. Si tu relación íntima no es así entonces no es sana y no vale la pena.

Dicha la verdad, déjame decirte entonces que a quien estés dándole todas tus energías tiene razones para ser egoísta. Tú estás haciéndolo todo por esa otra persona, así que no te sorprendas de que sea egoísta. Esas personas desean que se les preste toda la atención posible pero, ¿a quién no le gusta eso? Se dice que no se pueden cambiar las acciones de las personas pero que uno puede cambiar su reacción.

Personalmente, yo prefiero otra interpretación de esta afirmación, “no puedes cambiar las acciones de las personas, pero sí puedes cambiar las tuyas.” Si sientes que te estás extenuando, que te estás llenando de resentimiento e ira por cuánto te estás sacrificando por esa persona y por no recibir el debido tratamiento, entonces es tiempo de que te voltees y comiences a darle más importancia a tu vida y a tus propios asuntos.

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Es tiempo de que dejes de sacrificar tu vida y tu futuro por alguien que solo se preocupa por sí mismo. Si te das cuenta de que sólo tú te sacrificas y que la otra persona solo recibe beneficios y no hace nada por ti, ni te toma en cuenta, entonces debes parar. Sí, ya sé que ahora mismo no puedes parar. Sin embargo, una vez que pienses con calma acerca de qué estás haciendo serás capaz de alejarte de la persona que está siendo egoísta contigo y podrás comenzar a pensar y a preocuparte más por ti.

Tienes el derecho de cambiar todo lo que no te haga feliz en tu vida. Si sientes que da