En un artículo reciente titulado “Mamás Indignadas, Hijas Corrompidas” por Anne Kingston, (Macleans, Agosto 16, 2010) las madres lamentan que sus hijas vean el “empoderamiento” (empowerment) en términos de complacer a los hombres.

“Debemos introducir en su educación todos aquellos principios que han quebrantado tan brillantemente su orden”. – Protocolos de Sion, 16

Mientras que las madres feministas vieron el poder como independencia financiera y rechazaron la “cosificación” de la mujer, sus hijas aceptaron el mensaje pornográfico de la música pop y la publicidad. En palabras de una mamá, ellas “creen que su propósito en la vida es ser seres sexuales que complacen a los hombres”.

“Chupar un pene es como estrechar las manos”, dijo otra mamá. “Su actitud es: ‘Estamos emancipadas, estamos liberadas, tenemos el control. Ellas ven (esto) como poder; yo lo veo como deshacerse de su poder”.

Sí, pero: ¿Quién le enseñó a las chicas que podrían tener sexo fuera del cortejo, del amor y el matrimonio?

¿Cuál es esa filosofía que inspira esa liberación cuyos resultados ahora estas madres no comprenden?

El feminismo es la respuesta. Las feministas crearon esta situación.

El feminismo ha lavado el cerebro por completo de las mujeres jóvenes que miran a sus esposos como opresores y miran a la familia como una atadura. Ya no hubo, por lo tanto, ninguna razón para restringir el sexo al amor y al matrimonio.

Es comprensible que las feministas no quieran aceptar que sus maestras las traicionaron. El feminismo fue creado por la Élite financiera como instrumento de ingeniería social para reducir la población y socavar las bases de la sociedad cimentadas en el matrimonio y la familia.

Incluso mientras retuercen sus manos, las feministas están cegadas por la ideología y no hay nada peor que cegarse por cosas ajenas al propio ser, a la voz interior de cada uno. (Luego, el artículo del que les hablo, se dedica a discutir cómo el feminismo todavía sigue siendo relevante).

Las palabras “amor, “matrimonio”, “esposo” y “familia” no aparecen en el artículo. No es de extrañar entonces que estas mujeres feministas no puedan entender el problema y qué hacer al respecto.

Tanto madres como sus hijas son víctimas de una subversión social deliberada. La carrera de una mujer solía ser convertirse en esposa y madre. Ella consagraba su sexualidad para el hombre que ella amaba, el padre de sus hijos, su protector y proveedor.

Las mujeres jóvenes de hoy en día están perdidas. No saben cómo ser mujeres y los hombres no saben cómo ser hombres. Pero una cosa sí no ha cambiado – es que los hombres no quieren casarse con putas. Estas chicas criadas bajo la filosofía feminista van a ser dejadas a un lado y se van a marchitar una vez su atractivo sexual se haya acabado.

Las jovencitas feministas se obsesionan con lucir bellas, pero no saben que la belleza viene del interior, de una pureza espiritual. Esto quiere decir, rechazar toda clase de influencias y comportamientos antinaturales. Esto quiere decir, enfocarse en lo que es bueno, verdadero, humano e inspirador.

En el pasado, los hombres probaban su amor y compromiso antes de que pudieran tener sexo. Como resultado, las mujeres eran queridas y se les daba un rol para toda la vida (madre, esposa) que satisfacía sus necesidades emocionales más profundas.

Ahora, gracias a la labor de ingeniería social implantada por la Élite Financiera mediante la filosofía feminista para reducir la población, socavar el matrimonio y la familia; las mujeres se han convertido en meras prostitutas amateur y en putas corporativas al servicio de sus jefes en las empresa para las que trabajan.

“No conozco muchas chicas que se sientan bien consigo mismas, incluso cuando son totalmente atractivas”, dice un trabajador social.

¿Y, cómo podrían sentirse bien consigo mismas … si tienen que entregar sus cuerpos a extraños que luego las botan y abandonan a su suerte?

Las chicas de hoy tienen la idea de que deben dar sexo o los chicos se irán con otras chicas que sí les den sexo. Esto es como decir “si no dejo que me violen y me usen, entonces otras chicas lo harán”.

La otra palabra totalmente ausente de este artículo que les mencioné es la de “padre”. Las chicas podrían obtener amor, auto-respeto y guía de sus padres. Pero supongo que sus madres feministas han mandado lejos a los padres de estas chicas.

Todavía parece ser que no es muy tarde para aprender a ser mujeres de nuevo. Existió en el pasado y todavía hoy en día se puede practicar, no puede haber sexo sin cortejo ni amor. Si otras chicas quieren entregar sus cuerpos así por que sí, hay que dejarlas que las pobres sufran las consecuencias de su ideología feminista.

Las chicas pueden convertirse en femeninas de nuevo haciendo del matrimonio y la familia su primera prioridad. Si ellas vuelven a enfocarse, pueden regresar al camino de la plenitud y de la felicidad.