Tener términos y condiciones indica que tienes opciones. Casi desde el principio te presentas como un tapete o como una chica de ensueño.
“Términos y condiciones” son una idea demasiado nueva para una chica que es demasiado buena.
(Y no deberías salir de casa sin ellos. ) Pero no malentiendas.
El amor incondicional es algo maravilloso; asegúrate de darlo sólo después de que se hayan cumplido tus condiciones.
El complejo de Mamá/Pu
En el campo del psicoanálisis, hay un complejo masculino llamado Síndrome de la Madona-Prostituta.
Le llamaremos Mamá-Pu.
Una pu es cualquier mujer con la que tenga, quiere tener o haya tenido sexo.
Su opuesto es la mamá.
Un hombre puede sentir afecto hacia una mujer que sea muy dulce y buena, pero será parecido al afecto que siente por su madre.
Por ello dicen: “Es tan linda, pero no hay química entre nosotros”.
Por lo tanto: SEGURA + ABURRIDA + MAMÁ = NO HAY CHISPA IMPREDECIBLE + NO MONÓTONA + PU = FUEGOS ARTIFICIALES Aunque sabemos que el hombre se siente excitado por la mujer independiente que no puede tener, va a tratar de convertirte en su mamá.
Querrá que cocines, limpies y laves la ropa.
Lo que toda chica buena debe saber es que por más que hagas un esfuerzo para ser el ama de casa ejemplar, él va a seguir queriendo que seas una pu tras las puertas cerradas.
Las dos están muy relacionadas.
¿Por qué? Porque si constantemente te portas como su madre vas a acabar por aburrirlo.
Hay cuatro cosas qe hacen que un hombre se sienta sofocado o con su madre al lado, que suelen terminar con su deseo y que hacen que separe de ti como un adolescente rebelde: – No te aparezcas para ver lo que está haciendo o le pidas que se reporte contigo.
– No esperes que él pase todo su tiempo libre contigo (sin antes pedirlo).
– No le pidas que te dé cuentas del tiempo en que no está contigo.
– No lo idolatres tanto que no le dejes espacio para acercarse a ti.
Nunca hagas que parezca como que lo estás cercando.
Si lo asfixias, él va a ponerse a la defensiva y va a buscar una ruta de escape para proteger su libertad.
No lo hagas sentir como si tuviera que pedir permiso para hacer las cosas del día a día.
Asfixiarlo es vigilarlo de cerca.
No lo hagas sentir como si estuviera siendo observado bajo un microscopio.
Se sentirá controlado y en ese instante querrá escapar.
Siempre que una mujer le pide demasiadas cosas a un hombre, él lo va a resentir.
Deja que él dé libremente lo que quiera dar; y después observa quién es.
A los hombres les gustan las cosas difíciles.
Por lo tanto, si tiene que salirse de la rutina para verte, se sentirá más contento.
No lo sentirá como un trabajo.
Esta teoría aplica para cualquier cosa: una llamada telefónica, el tiempo que pasan juntos, el sexo o cuando se reporta al final del día.
Si siempre le haces sentir que puede darse el tiempo para hacer lo que le gusta, siempre sentirá deseo.
Serás su amante y no su madre.
Te verá como un privilegio y no como una obligación, y se acercará a ti.
La cabrona le da al hombre el espacio suficiente para que no se sienta atrapado en una jaula.
Entonces. . .
él se propone atraparla en la suya.
Queda claro que los hombres se sienten realmente asustados de perder su libertad.
La idea de quedar pegados a una mujer los aterroriza.
Si la mujer actúa inmediatamente como si esperase que un hombre se comporte como un novio formal sin mucho esfuerzo de su parte, él se va a espantar y va a escapar.
A la chica buena sólo le toma unas cuantas citas hacer que él se sienta atrapado y comenzar el proceso de “poner bajo llave”.
Si le dices que no estás interesada en comenzar una relación, él intentará hacerte cambiar de idea.
Esta es la manera de sentarte en el asiento de la conductora del tren, y hacer que él quiera permanecer a bordo.
Cuando él maneja, no hay emoción ni caza.
Pero si tú estás manejando, de pronto se convierte en un viaje divertido porque él no puede anticipar lo que va a suceder después.
Si no lo haces sentir encerrado, se acercará a ti.
Piensa en él como si fuera un perro asustado, eventualmente bajará la guardia y regresará.
Pero si lo arrinconas te atacará.
Esto se relaciona con el porqué los hombres aman a las cabronas.
Cuando él conoce a una mujer que no está disponible o es un poco cabrona, tiene una excusa integrada para no acercarse demasiado.
“Es una cabrona, así que no voy a dejar que la relación llegue muy lejos.
Sólo me voy a divertir un poco”, se dice a sí mismo.
Diversión es igual a libertad.
Eso es hasta que se engancha y entonces es jaque mate.
Los hombres no escogen enamorarse; les sucede por accidente.
Es por eso que acuñaron la frase caer rendido a sus pies.
Algo así como: “¡Ups!”.
Cayó.
El tenía un plan? pero algo salió terriblemente mal.
Siempre hazle creer que tiene espacio suficiente.
Eso hace que baje la guardia.
Mientras más relajado, estará menos en guardia; y de ahí solo es cuestión de tiempo para que alcance el punto sin retorno.
Cuando esté locamente enamorado, no te va a hacer falta decir cosas como: “¿A dónde vas?” o “¿qué estás haciendo?”.
Él te va a decir todo lo que siempre quisiste saber porque quiere, no porque tú se lo tengas que pedir.
Y sí, cuando salga con sus amigos, no podrá esperar para regresar a casa contigo.
Más que nada, él se está fijando en si serás demasiado dependiente emocionalmente.
No es que un hombre quiera a una mujer que lo esté “molestando” todo el tiempo o que siempre se esté quejando de todo lo que está mal en su vida.
Quiere una mujer que no tenga miedo de no estar de acuerdo o de expresar una opinión.
Cuando él pregunta durante la primera cita: “¿Qué te gusta hacer?”, no encojas los hombros y contestes: “Mmm, ya sabes, cosas”.
No es necesario que digas que te gustaría saltar de un bungee, escalar montañas y después regresar a casa y tener sexo toda la noche.
Pero muéstrale que tienes “apetito por la vida”.
Tu vida.
Él debe sentir que quieres estar con él, no que necesitas estar con él.
Solo así te va a sentir como una compañera a su nivel.
La relación es una fuerza contributiva, más que una obligación con la que tiene que cargar.
También por esto es importante darle su espacio.
Te hace ver orgullosa y no desesperada.
Te permite seguir siendo un reto de forma indefinida.
¿Por qué? Porque tú escoges estar con él.
No necesitas estarlo.
Como persona, te sientes completa con o sin él.
Es lo más importante que le puedes transmitir: independencia y no dependencia.
Esto le da la percepción de que eres autónoma.