Las mutuas relaciones entre los dos sexos parece para nosotros ser al menos tan importantes como las mutuas relaciones entre cualquiera de los gobiernos del mundo – Thomas Babington Macaulay – Historiador y Secretario de Estado para la Guerra Británico.
Cuando era joven existía un dicho: “Detrás de todo hombre exitoso hay una mujer”.
Las mujeres solían motivar a los hombres. ¿Cómo? Aceptando su liderazgo. Siendo la Primer Oficial de su Capitán.
Las mujeres se beneficiaban de este arreglo. En el matrimonio, ellas compartían los frutos de los logros de un hombre.
La Élite Financiera pronto se dio cuenta de que este proceso puede funcionar de ambas maneras. En lugar de motivar a los hombres, las mujeres pueden disminuir a los hombres desafiando su poder. Al enseñarles a las mujeres a usurpar el poder masculino, la Élite Financiera creó una nueva generación de hombres irresponsables incapaces de una acción política concertada. Tal y como dicta su premisa: Dividir y Conquistar.
Recientemente, observé de cerca este proceso en acción. Un amigo, “Gerardo”, se ha separado porque su esposa lo abandonó. La ruptura se dio luego de un “ataque doméstico”. ¿Qué fue lo que él hizo? Él la empujó a ella. Ella no se lastimó, pero podría haberse asustado. Ella llamó a la policía.
Como resultado, ellos están legalmente separados físicamente y la relación terminó. No me gusta esta política, pero sí que acaba con muchas relaciones disfuncionales.
UNA PAREJA DISFUNCIONAL
Ella tenía el poder. Él se sintió culpable por estar resentido y enojado al respecto. Estaba arrepentido por empujarla y pensó que su ira fue una cosa mala. Esto refleja su adoctrinamiento. Su ataque fue un resultado natural de una situación insoportable.
Él decía que su caso era parecido al de un documental de Jane Goodall sobre chimpancés. Los chimpancés machos algunas veces pierden el control, vociferan y gritan arrojando cosas. Las hembras y las crías se agazapan en pánico. Luego de que pasa la tormenta, todos vuelven a ser amables y gentiles. Gerardo se sintió como si fuera alguno de los chimpancés. Él tenía este malévolo demonio adentro.
“Estas equivocado”, le dije. “Esos chimpancés machos estaban afirmando su dominio. Una vez que hicieron eso, ellos podrían regresar a ser los esposos y padres cariñosos que son. No te creas para nada lo que los consejeros te digan. TU NO ERES PELIGROSO. Un hombre tiene derecho a ser el amo de su territorio. Deja de rasgarte las vestiduras”.
Gerardo sentía que no tenía hogar. Su ex insistía que la hija de su ex de 20 y tantos años viviera con ellos. Ella hizo lo que quiso a pesar de las objeciones de Gerardo. Esta hija se aseguró que todos se sintieran miserables si ella así se sentía, lo cual sucedió la mayor parte del tiempo. Este era el hogar de Gerardo. Las dos mujeres, madre e hija, vivían de gratis.
Gerardo tenía que haber sido firme desde el principio. “Ninguna de ustedes vivirá aquí”. En lugar de eso el se unió a un grupo de consejería para hombres para aprender a “lidiar con su ira”. Ahí estaba ese grupito entonces para “echarle la culpa de todo a los hombres y para avergonzarse de ser hombre”. Él necesitaba controlar su ira y ser más flexible.
Él quedó tan impresionado con este grupo que logró que su ex asistiera al grupo femenino de esta misma institución financiada por el gobierno. Ahí el mensaje era distinto, estaba diseñado para darle el poder y dominio a las mujeres. “Las mujeres son una minoría oprimida. Hay que levantarse en contra de los hombres malévolos” (Este es adoctrinamiento típico Comunista de “concientización”).
Su ex se volvió entonces confrontativa, especialmente cuando bebía alcohol. Después de su separación a la fuerza, ella hizo que lo arrestarán por manejar para ver la casa de él.
Afortunadamente ella se mudó. Pero todo el mobiliario era de ella. Ella lo obligó que se deshiciera de la suya. Ahora él anda vagando de cuarto en cuarto en una casa vacía tratando de reconstruir su vida. Para colmo, se había alejado de sus amistades.
Gerardo es un hombre de suaves modales y capaz con 55 años de edad. Pero cuando el relataba lo que su ex le había hecho, su lenguaje corporal era la de un niño. Cualquier hombre que se deja dominar por una mujer se convierte en un niño o en una mujer.
CONCLUSIÓN
Probablemente conoces a alguien como Gerardo. Si no, consigue la película “Flannel Pajamas”. El director-guionista Jeff Lipsky cuenta la historia de su matrimonio. Compara a Jeff al inicio y al final. Al inicio, él es poderoso y generoso. Al final, él es un ratón. Él entrega su poder y ahora ella ya no lo ama más. La mujer pierde el interés en los hombres que tratan de comprar su amor, o el amor de un modo de auto-negación.
Las relaciones heterosexuales se basan en el intercambio del poder terrenal femenino a cambio del poder masculino expresado como amor. Los hombres desean poder. Las mujeres desean amor. El matrimonio es un intercambio de los dos, sellados por el sexo exclusivo.
La Élite Financiera ha saboteado este intercambio al exagerar el poder de la mujer y disminuir el poder del hombre. A los hombres hoy en día se les lava el cerebro en las escuelas, universidades y por todos los medios de comunicación para que crean que el romance y el sexo es el sine qua non de la felicidad. Muchos hombres han quedado incapacitados e inadaptados para abordar a una mujer deseable. Hasta muy tarde se dan cuenta que el beneficio real para un hombre de una mujer es exagerado por un factor de cinco.
De forma paradójica, este regreso a la realidad le permite a los hombres a procurarse la compañía femenina. Las mujeres se sienten atraídas por hombres con auto-respeto.
Las relaciones heterosexuales se basan en que un hombre consiga a una mujer para hacer lo que él desea. A esto se le llama “cortejo” por ejemplo probando que sus propósitos merecen la pena el apoyo de ella y que él la protegerá y le proveerá.
Cuando un hombre se gana la confianza de ella (equivalente a el amor de ella), ella entre su poder terrenal a él. Este es el contrato heterosexual: poder a cambio de amor. (Desde luego, el contrato queda sin efecto si él no cumple con su parte. Por ejemplo: amor). De ese modo se crea ese vínculo. Dependiendo del rapport y comptencia mutua, el poder puede ser dividido o delegado).
Los hombres deben proyectar el poder y nunca mostrar debilidad. Ellos deben establecer su autoridad desde el inicio. Una mujer puede tener poder o amor. Pero ella no puede tener ambos. Esta es la prueba de fuego. Si ella no está de acuerdo, entonces pasa de ella, no te ancles ahí. Te ahorrarás una vida entera de dolor y lamentación.