Pornografía lésbica, “Los Monólogos de la Vagina” humillan y degradan a las mujeres en nombre del feminismo y del progreso social. Así es como la sociedad es inducida con la re-ingeniería social de la Élite Financiera.
“Los Monólogos de la Vagina” presentan una triste imagen de la vida en el callejón sin salida del feminismo. Es un llanto angustiado en busca del amor del hombre por una generación de mujeres engañadas y traicionadas por el feminismo, quienes ahora no tienen otra opción más que convertirse en lesbianas.
Para las mujeres que han sido privadas literalmente del amor, la obra brinda una experiencia vaporosa de intimidad sexual. Para las mujeres jóvenes quienes no conocen otra cosa mejor, es una iniciación al lesbianismo.
Basada en entrevistas con mujeres quienes hablan sobre sus vaginas, la obra se supone que rescata a los genitales femininos del “abandono cultural”. Por ejemplo, la obra describe un taller en el cual las mujeres se examinan a sí mismas con espejos de mano.
“Me recuerda cómo los primeros astrónomos tuvieron que haberse sentido con sus telescopios primitivos”, dice la autora, Eve Ensler (quien vale recordar, es judía). Les dan a las vaginas apodos, las visten con vestuarios imaginarios e imaginan lo que diría si pudiera hablar (ej. “¿Dónde está Julio”). En una presentación en el Madison Square Gardens, 18,000 mujeres fueron envueltas en un frenesí al gritar todas “coño” una y otra vez.
Deberían de haber estado gritando “pene”, ya que esto en realidad se trata de la pérdida del amor del hombre. Habiendo perdido su feminidad y su juventud, habiendo rechazado o castrado psicológicamente a los hombres, millones de mujeres ahora son dejadas sexualmente excitadas y secas.
Ambos sexos necesitan validación. Los hombres en estos días aborrecen a las feministas y las feministas lo saben. Cada vez que se enciende la TV, un hombre está siendo apaleado o avergonzado por una mujer. Los hombres resienten que las mujeres hayan usurpado el rol masculino y hayan abandonado el femenino.
Esto es lo que Ensler está experimentando en realidad cuando dice: “Nuesto auto-rechazo es solo la represión internalizada y el rechazo a la cultura patriarcal”.
Las mujeres son justificadas en sentirse sin amor e insatisfechas. Ensler dice que las mujeres desean ser usadas para los bebés: “Mi vagina me ayudó a dar a luz a un bebé enorme. Pensé que sería usada más que eso. No es así”.
El resultado es un profundo sentido de vacío y necesidad. “Mi vagina desea ir más profundo. Está hambrienta por profundidad. Está hambrienta de besos, atenciones. Desea dejar de estar enfadada. Lo quiere todo. Quiere desear. Desea”.
Tal parece que solo un hombre puede sanar esta herida. Enler describe a un novio, Bob, quien adoraba ver los genitales de ella por horas y la hizo sentirse bien consigo misma por primera vez. Ella no cuenta lo que pasó con Bob. Los únicos otros hombres en el acto son el primer esposo de Ensler, un mariposón y cierto violador en Bosnia.
Así, “Los Monólogos de la Vagina”, rápido se convierte en una vaporosa crónica de sexo lésbico. En primer lugar, una fijación en los genitales femeninos por las mismas mujeres es pura homosexualidad. Perdónenme por lo que sigue pero estoy tratando de comunicar el sabor pornográfico de esta mal llamada “obra teatral”.
La autora entrevista a una ex-abogada tributaria que se ha convertido en una acaudalada gígolo lesbiana. “Hay tantas mujeres insatisfechas”, dice ella. “Las mujeres me pagan para vestirme como un hombre y dominarlas”. Ella continúa con una descripción precisa de su arte (“hay cuatro dedos dentro de mi, dos son de ella y dos son míos) eso excita a Ensler: “Ven”, dice. “Entra”.
Una niña de 12 años describe cómo su madre le confió a ella el cuidado de una bellísima mujer mundana de 24 años quien luego traicionó esta confianza al tener sexo con ella. “Ella transformó mi miserable coño en una clase de cielo”.
Ensler regresa con historias infantiles del tipo “Te enseño lo mío si me muestras lo tuyo”. Ella le pide a una niña de seis años que le diga cómo huele su vagina (copos de nieve). Ella nos informa que el clítoris tiene el doble de terminaciones nerviosas que el pene: “¿Quién necesita un revólver cuando tienes una semi-automática?”. Ella describe el hallazgo de su clítoris por primera vez: “Es todo caliente y pulsante y listo y joven y vivo”. Podría seguir, pero ya captas la idea.
LAVADO DE CEREBRO POR LA ÉLITE FINANCIERA
Una medición de nuestra timidez, depravación y auto-engaño cultural es que ningún medio importante de comunicación ha llamado a esta obra por lo que verdaderamente es. “Ensler tiene un ingenio apasionado”, dice The Los Angeles Times. “Una rapsodia irresistible de la esencia femenina”, dice The Chicago Tribune. “Fascinante, divertida y casi insportablemente conmovedora”, dice Variety.
La obra se ha representado en cientos de ciudades y universidades y en países desde Rumania a Zaire. Las estrellas de reparto invitadas incluyen a celebridades como Mery Streep, Jane Fonda, Calisa Frockhart y Angelica Huston.
Fue respresentada en Sarajevo por Marisa Tomei y Glenn Close quien dijo que Ensler está “dando a las mujeres de vuelta sus almas”. Gillian Anderson (de los X-Files) dice: “Eve Ensler es la Flautista de Hamelin. Está dirigiendo a las mujeres y al mundo a una consciencia diferente de las mujeres”.
Ensler y su séquito tratan de posicionar esta lamentable obra teatral lésbica en lo más alto de la consciencia colectiva. Gloria Steinem escribe “los hombres así como las mujeres emergerán de estas páginas sintiéndose más libres dentro de sí y respecto al otro”.
Es típico de las feministas representar al lesbianismo como una clase de emancipación. Ensler ha “salido” como otra sobreviviente del abuso sexual de su padre. Ella ha amañado la obra a la causa politizada de la violencia contra las mujeres.
El odio de Ensler contra la heterosexualidad es evidente con su elección del Día de San Valentín como el “Día V” o día de la anti-violencia, cuando su obra será representada. Ella le dijo a Molly Ivens en la revista TIME que la familia patriarcal es una “institución fallida”.
AGITPROP
Estas tácticas son típicas del agitprop (propaganda de agitación) Comunista y un reflejo de lo que nos hemos convertido. La familia es la institución primaria de la heterosexualidad. Antes de la “revolución sexual”, las mujeres insistían en el matrimonio y la familia, lo cual es parte de todo comportamiento heterosexual. Esto satisfacía las necesidades psicológicas más profundas de ambos sexos y brindaba el contexto seguro para criar niños saludables. Después de la revolución sexual, los hombres y las mujeres se involucraron en relaciones sexuales promiscuas, lo cual es más típico de los homosexuales. Las mujeres, cada vez más independientes y auto-suficientes, fueron incapaces de formar matrimonios permanentes. Se les dijo que si primero estudiaban, hacían carrera profesional y se independizaban “podían tenerlo todo”, bien, ahora todas las que siguieron ese insano consejo feminista perdieron los años más valiosos de su juventud y luego ya con más de 30 años de edad encima están frustradas y amargadas.
La ironía de “Los Monólogos de la Vagina” es que las feministas quienes de forma regular se quejan de la objetificación sexual abrazan esta obra teatral que no hace si no objetificar a las mujeres. No existe ninguna mención del amor en esta obra. Esta tendencia de ver el sexo como una recreación y una liberación física refleja la tendencia auto-destructiva de la sociedad. Normalmente los heterosexuales encuentran la plenitud sexual en el matrimonio y son capaces de dedicar sus energías a cosas más importantes. En lugar de eso, sufrimos de una forma de desarrollo interrumpido manifestado en una obsesión juvenil lasciva con el sexo.
Otra gran ironía es que las feministas en apariencia creen que, cuando las lesbianas lo hacen, una mujer adulta teniendo sexo con una niña de 12 años, eso sí está bien y no es cuestionable. También creen que pueden violar la inocencia natural de una niña de 6 años con preguntas invasivas.
Finalmente, ¿necesito decir que la obra violenta y destruye el misterio, la modestia y la reserva que es la esencia de la feminidad madura? Como el feminismo mismo, “Los Monólogos de la Vagina” se disfraza como una afirmación de las mujeres. De hecho, es una agresión enfermiza contra las mujeres.
Entiendan, hay que enfrentar el hecho de que el feminismo es un movimiento homosexual en feroz competencia contra la heterosexualidad. El feminismo es parte sistemática de una amplia guerra encubierta dirigida a subvertir la civilización y esclavizar a la sociedad.